Liberales e Independientes por ManzanaresLiberales e Independientes por Manzanares

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LIBERTAD INDIVIDUAL Y RESPETO.

Liberales e Independientes por Manzanares.

Cuando allá por el invierno de 2010 Liberales e Independientes por Manzanares vio la luz como partido político, mucha gente pensó que se trataba más bien de una rabieta de políticos, en lugar de una afirmación de principios, de filosofía política y de creencias ideológicas porque, Liberales de Independientes por Manzanares lleva en la raíz y justificación de su fundación, el cimiento y basamento de su objetivo de la acción política y ese objetivo y fin de la acción política no es otro, sencillamente que la persona.  


Liberales e Independientes por Manzanares nació por la conculcación y desprecio a lo más sagrado que existe en una sociedad, por desprecio a las personas, a su individualidad y a su existencia irrepetible y única que todos, absolutamente todos tenemos. Y como nos sentimos dañados, minusvalorados e irrepestuosamente tratados, porque insisto, nos sentimos algo tan sencillo e importante como seres humanos, creamos una formación política donde todos los hombres y mujeres de nuestra ciudad pudieran sentirse, lo que siempre han sido desde que nacieron, en sí y por sí, sencillamente personas, libres e independientes, y nunca, nunca, marionetas, a merced de nada, ni de nadie.  


Con el tiempo, los hechos han venido a darnos la razón, porque detrás de cierta aureola de prestigio, aprovechada perversamente, para dar por bueno, el desprecio a los otros, es decir, a las personas, simplemente había solamente eso, aureola, deseos de laureles, nada más  
¿Nada más? No, había algún que otro deseo más, deseo de pecunio, otra manera más de despreciar a las personas.  


Enlazando con lo anterior, pero haciendo unas  consideraciones más generales,  soy de la opinión de que ya va siendo momento, en el ámbito de la vida pública, de volver a las personas particulares e individualizadas, como entes últimos de la actividad política, relegando lo social, a una participación más modesta en el ámbito de decisiones de los gestores públicos.  


De la misma manera que los primitivos liberales se opusieron al arbitrismo de los monarcas y al estamento nobiliar, el liberalismo del siglo XXI debe ocuparse de reducir los excesos de la dimensión social humana, a sus justas dimensiones. 


El siglo xx fue un siglo de excesos en lo social, de excesos gregaristas, de  excesos nacionalistas, de  excesos en la teoria de clases, de excesos comunistas, socialistas, fascistas, tribalistas y totalitaristas, sus consecuencias, creo que ya las sabemos todos, momentos históricos abominables.  


Dentro de poco tiempo, celebraremos un tristísimo aniversario, allá por el verano de 1914, las naciones europeas, ciegas de un estúpido tribalismo, de una equivocada prevalencia del grupo sobre la persona y dirigidas por unos no menos estúpidos dirigentes, se enzarzaron en la más terrible contienda que vieron los siglos, millones de jóvenes fueron abatidos y mordisqueados por las ratas en las trincheras de Verdún, del Marne o del Somme, a la voz de ataque de los oficiales de los respectivos bandos, miles y miles de “críos” saltaban de sus posiciones en las trincheras para ser acribillados por las ametralladoras del enémigo, en pos de unos pocos metros de tierra quemada, todo por una malentendida idea de pertenencia a la tribu.  


Antes de  tanto caos, antes de  tanta barbarie, ya se había alzado y, se siguió alzando durante esta imbécil guerra, la voz de un liberal, la voz de un creyente en las personas y en su dignidad como tales, por encima de grupos, de partidos, de bandos, de tribus y de naciones,  Bertrand Russell, por todos conocido, reivindicó con su activismo político personalista, al ser humano libre, independiente e irrepetible, porque, no en vano, la gente, a fin de cuentas, es nadie. 

 
Cuando las personas, nos sintamos más personas, menos gente y le demos a nuestra individualidad, una mejor  valoración, entonces nos dejaremos de alineamientos, de hooliganismos, de madridismos o de barcelonismos acérrimos y entonces, quizás, .. dejarán de ocurrir desafueros y desatinos como los ocurridos en aquel otoño-invierno de 2010 en la vida política de Manzanares. 
                                                                               

Pincha aquí para volver a la página anterior.

Free Web Hosting